Olives

Ayer tocamos con la banda en un bar de san telmo.
Llegué tarde y ya estaba mi teclado armado, con el pie y el banquito; me siento para probar la altura y se me acerca una nena de edad indefinida (entre 5 años y anticristo)

Nena- ¿Qué es eso? (señalando el teclado)
Eu- Es una caja de ruidos.
Nena- ¡No! ¡Es un piano!
Eu- Bien...si vos y yo lo sabemos ¿Por qué estamos teniendo esta conversación?
Nena- No sé.
Eu- ¿Adónde están tus papis?
Nena- Allá.
Eu- Andá, te estan llamando.

Después de unos diez o doce temas hacemos un break.
Le pido al barman un martini y me voy a tomarlo afuera. Enciendo un habano y me siento en una silla en la vereda con el saxofonista.
Vuelve la nena.

Nena- ¡Mis papás no me habían llamado!
Eu- Ah, perdón, me confundí; alguién gritó un nombre parecido.
Nena- No sabés como me llamo.
Eu- Es cierto.
Nena-...
Eu-...
Nena- ¿Querés saber como me llamo?
Eu- Nah.

El baterista me pega en el hombro y me mira con cara de "dale, preguntale como se llama"

Eu- ¿Cómo te llamás?
Nena- Nicea.
Eu- ¿Nicea?
Nicea- Si.
Eu- ¿Dónde naciste? ¿En el imperio romano de oriente?
Nicea- No, en palermo.
Eu- Era mi segunda opción.
Nicea-...
Eu-...
Eu- ¿Te gustán las aceitunas?
Nicea- Si.
Eu- Tomá.

Le doy las dos aceitunas de mi martini.

Nicea- Tienen un gusto raro.
Eu- Son mágicas, son las aceitunas de las buenas noches.

Se va comiéndolas de la espadita de plástico.

Saxofonista- Oíme ¿Le acabás de dar dos aceitunas llenas de alcohol a una nena de 6 años?
Eu- Si. Capaz la ayudan a descansar.
Saxofonista- No podés.
Eu- Creéme, es mejor alguien que le da unas aceitunas con martini para que no moleste, que alguien que se las da para "molestarla"