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Universidad.

Eu- Bueno, dejen todos el T.P. 2 en el escritorio.

Se acerca un alumno.

Alumno- A mí me falta entregar el T.P. 1
Eu- Lo sé. Ya no podés entregarlo, mandé las correcciones.
Alumno- Pero usted dijo que si no lo entregábamos nos sacaba un punto por cada semana de no entregarlo.
Eu- Sí. Hasta mandar las correcciones. La clave del enunciado era justamente la frase: "hasta mandar las correcciones". En ese preciso instante la entrega del T.P. 1 quedaba invalidada.
Alumno- Pero también dijo que nos bajaba un punto por cada semana de no dárselo.
Eu- Mirá...capaz estás confundiendo la Universidad de Buenos Aires con la escuelita de educación especial "Nuestra luz diferente". A veces pasa. Las consignas eran lo suficientemente claras para que todos, o casi todos, las comprendieran.
Alumno- ¿Ahora qué hago?
Eu- Te sentás con un cero en el T.P. 1
Alumno- ¿Y qué me pasa?
Eu- Nada, se promedia con el T.P. 2 y el parcial. ¿Entregaste el T.P.2?
Alumno- No, pero usted dijo que nos bajaba un punto por cada semana de no dárselo.
Eu- ¿Te dejaron caer de cabeza cuando eras chiquito?
Alumno- No...bah...no sé.
Eu- Si fuera vos se lo preguntaría a mis padres.