Charlando con el arquitecto que iba a hacer el showroom de la fábrica.
Arquitecto- Bueno ¿entonces no me aceptás el presupuesto?
Eu- No, ni un poco. Te voy a hacer un cheque por los renders que hiciste y ahí termina nuestra relación.
Arquitecto- ¿Querés que discutamos un poco el precio?
Eu- Mirá...a ver...seguí mi razonamiento. Te pido un showroom, me mandás unos renders de algo que un hotel alojamiento rechazaría por grasa. Me pedís si no te puedo dar una idea de lo que quiero, te dibujo exactamente lo que quiero, después me mandás otro render con mi dibujo más una posibilidad de iluminación (horrible, por cierto) y me pasás 75.000 pesos de presupuesto.
Arquitecto- Se puede charlar...
Eu- No, no se puede charlar. Al final lo diseñé yo y vos me pasaste 75 lucas por maderas enchapadas y dicroicas. Me parece una estafa.
Arquitecto- Bueno...no se puede hacer nada si no te gusta el diseño...gustos son gustos...vos sos como muy despojado, muy zen, muy minimalista...
Eu- ¿Eh? Bueno, mirá no vamos a entrar en una discusión de este calibre. Lo tuyo claramente es el barroco. Que tengas un buen viaje de vuelta al siglo XVII.
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6 comentarios:
pero no quisiste ni siquiera negociarrr!!! hasta 73 lucas se podia charlar la cosa. una bicoca
Qué te jode pagarle por venderte tus propias ideas????
te estás interponiendo entre el éxito y él!!!
Vos sos muy zen y se supone que él estudió para ser capaz de diseñar una propuesta acorde a eso, como si fueras neoclásico y si te gustaran los lunares.
¡Dicroicas! Qué buena palabra, que encima hacía mil que no la escuchaba.
El vocablo "grasa" desvirtua cualquier texto.
Lu: Claro, si me hubiera dicho 73 agarraba viaje.
Mecha: Sí, soy un hijo de puta.
UPR: Los lunares me gustan nada más en bikinis amarillos.
Julián: Jua!
Io: Pero es la definición justa.
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