Al comienzo de la primera guerra mundial, la mayoría de los uniformes militares habían sufrido grandes transformaciones. Se habían vuelto menos vistosos, más cómodos y seguros; se habían cambiado gorros por cascos y se había dejado de lado cualquier ornamentación inútil.
Excepto los franceses.
A mediados de 1914 todavía seguían utlizando los mismos uniformes del siglo XIX.
Saco azul, pantalones rojos y gorro azul y rojo.
Los soldados franceses eran visibles a más de 200 metros en tierra, y además gracias a la parte de arriba del gorro (roja) también se veían muy bien desde el aire.
Un año duro la masacre.
A mediados de 1915 cambiaron el uniforme por uno azul grisáceo y el gorro por un casco. Pero durante ese año fueron mejores modelos que soldados.
Es increíble lo que la vanidad puede hacerle al hombre.
Hoy actué mal.
Hay días en los que soy un pedante de mierda.
lunes, julio 26, 2004
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