Hace exactamente un año Gerónimo cumplía 8 años. Lo festejó con sus amiguitos alquilando una cancha de fútbol; y me pidió si podía dirijir el partido.
A ver si nos entendemos, no puedo distinguir un off side de un pas de deux.
Lo cual a la larga fue mejor.
Sofi me había hecho con cartulina una tarjeta roja y una amarilla.
Después de la elección de los jugadores, empezó el partido.
Un equipo era considerablemente superior al otro, y no tuve más opción que empezar a sacarle jugadores para emparejar.
Como tenían 8 años no los podía sacar de la cancha. Las tarjetas funcionaban entonces de la siguiente forma:
Amarilla: Tenían que quedarse quietos dónde estaban hasta que alguien meta un gol.
Roja: Pasaban a jugar para el otro equipo.
En un momento dado, cuando jugaban 14 contra 6 y estaban empatados 15 a 15, entendí las ventajas del poder utilizado con justicia.
Ayer mi hermanito cumplió 9 y el alquiler de la cancha traía un referí en el combo. Pero cuando los chicos me vieron llegar tuvo que dimitir.
"Que lo dirija el hermano de geroooooooo!!!"
El referí me da el silbato y me pregunta si conocía las reglas.
Le dije que sí.
Por suerte no se quedó a ver.
La cámara lenta, los penales ciegos y los últimos 15 minutos jugados en 4 patas, fueron maravillosos.
domingo, agosto 15, 2004
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario