Tengo un amigo que literalmente es un desastre en la cocina. Ayer me invitó a almorzar a su casa, cosa que me pareció extraña; pero con esto de mi partida hay mucha gente que se está poniendo sentimental.
Llegué con la comida ya servida.
La probé y no estaba nada mal.
-¿Qué es?
-No sé, unas latas que estaban de oferta en coto.
Lo bueno de estar vomitando hace 27 horas es que tenés una perspectiva de la vida totalmente distinta.
miércoles, septiembre 08, 2004
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