lunes, octubre 18, 2004

Post Nº 100 -El Clip-

No me gusta volar, no creo en los aviones y mucho menos en los aviones a hélice.
Bueno, cumplí 30 y esa noche salió todo bien, claro que la mañana fue otra historia..."Buen día, ¿pasó algo o simplemente te quedaste a dormir?, ya no importa; vos que guardás la biblioteca de alejandría en esa cartera ¿no tendrás una tira de cafiaspirinas?.
Mi padre es un badgifter pero debo confesar que esta vez me sorpendió..."Dale confesá, contrataste a alguien para que me siga. Viste que me compraba un mantecol, que era uno, eran dos y sabiendo que me gustaban decidíste mandarmelos"
La única ventaja de ser un egoísta es exactamente esa, ser un egoísta. Tendría que haber mantenido a mi hermanita en un ambiente libre de sugus confitados. O tendría que encontrar al pornógrafo que le dió uno celeste y partirle las piernas.
Esto de no poder mantener la boca cerrada y dejar salir la primer gansada que se te ocurre tiene sus pro y sus contras, naaaa, son todos contras.
¿Fué el acido o realmente los mílicos están repartiendo chocolate en la plaza?
Naa, fué el ácido; 100 años de historia no se pueden lavar con un par de litros de nesquick.
El oficial nos deja ir, lo veo por el espejo retrovisor y continúa riéndose. Le digo a sofi: - bueno casi, la próxima vez será.
"Nunca te lo dije sofi, pero toda la plata que te gané la usé para comprarte cosas".
Tenía los anteojos puestos, la luz del local no engañaba, los pantalones eran, son y serán naranjas. A veces necesito un chivo expiatorio.
La naturaleza y yo no nos llevamos bien, por eso unas vacaciones que tendrían que haber sido un hito en mi feedback con el medio ambiente, las usé para almorzar, merendar y cenar a la fauna autóctona.
Te juro que lo ví a casero en ojotas.
Velorio, cita de 3 minutos, cerveza artesanal, serruchar serruchar serrucar, arbitraje en partido de fútbol sub-10, fin de semana védico y elección de libros para viaje transatlántico. Agosto fue un mes movidito.
Tanta elección y al final vine con 9 discos y 9 libros.
Me despedí de todos, le dí un reportaje a Juan Miceli en una limusina blanca, mezclé alplax con whisky y sobreviví al vuelo. Conocí a una inglesa en el tren y me desconocí a mí con un móvil en el bolsillo. Me conocieron los croupiers en el casino y casi podría augurar una hermosa amistad entre nosotros.

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