Por el momento todo tranquilo, me crucé un par de veces más con el golpeador arrojaperros y no ocurrió nada que sea digno de mencionar. Mucho ruido y pocas nueces.
A la esposa me la encontré recién y le dije que cualquier cosa me toque el timbre.
Insisto con lo de capa audaz.
jueves, noviembre 18, 2004
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