Mis socios/empleadores son homosexuales. Ayer a la noche me fui a Madrid a verlos para discutir un par de cosas antes de mi viaje a Buenos Aires. Viven en las afueras, en un lugar llamado Villaviciosa. Llego a la urbanización el portero me recibe, me pregunta adónde voy, le contesto y me larga una mirada del tipo "evil eye". Al final nos quedamos charlando hasta muy tarde y me quedé a dormir ahí (cuarto de huéspedes cerrado con llave desde dentro). Me levanto me doy una baño desayuno y salgo. En la puerta de entrada el portero estaba charlando con lo que supongo era otro inquilino, saludo a ambos y escucho en un susurro "Ese debe debe ser el gigoló".
Hoy me siento: Priscilla
martes, diciembre 14, 2004
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