La primera vez que fui a la Alhambra busqué maravillarme, la segunda busqué historia, el domingo busqué recovecos en los que no se noten los explosivos.
Odio la temporada de turistas, y un monumento irremplazable no es una pérdida importante si nos llevamos a muchos de ellos al último destino exótico.
jueves, mayo 19, 2005
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