miércoles, junio 10, 2009

A Confederacy of Dunces

Sentado en la Vicente López, leyendo y tomando el té.
Se acerca una mujer.

Mujer- ¿Nicolás?
Eu- Depende.
Mujer- Soy Carolina, compañera de Diego; del secundario.
Eu-...
Mujer- ¿Te acordás?
Eu- Eh...si.
Mujer- ¿Cómo estás? ¿Qué hacés?
Eu- Lo mismo que hace todo el mundo en la Vicente López, comiendo medialunas de grasa.
Mujer- ¡Ay no! No como carbohidratos.
Eu- ¿No están en la pirámide nutricional? Qué sabrán los egipcios de nutrición ¿no?
Mujer- No, no, están prohibidas.
Eu- Bien...suerte con eso.
Mujer- ¿Qué hacés de tu vida? ¿A qué te dedicás?
Eu- Tengo una empresa de recolección de residuos hospitalarios y una fábrica de salchichas.
Mujer- ¿Si?
Eu- Si, hacemos las mejores salchichas con residuos hospitalarios; buscálas en el súper. Se llaman "Transilvania" tiene un vampirito en el logo.
Mujer- Ah...
Eu-...
Mujer- ¿Te casaste? ¿Tenés hijos?
Eu- Si; Dimitri, Iván y Alekséi.
Mujer- ¡Ay! Yo también ¿A qué colegio van?
Eu- A ninguno, trabajan en la fábrica de salchichas. Sus pequeñas manitos entran en los recovecos de las máquinas y sirven para desatascar las salchichas que se quedan trabadas.
Mujer- ¿En serio?
Eu- Eh...no.
Mujer- Ah; ya me parecía.
Eu- Roban muchas salchicas, ya no tienen las manos pequeñitas. Por otro lado está bien, en la jaula en la que viven no les queda mucho lugar para comer.
Mujer- Me estás jodiendo.
Eu- Si.

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