jueves, agosto 30, 2012

All foam no beer


Siempre que entro a un negocio y estoy fumando, dejo el habano el algún alfeizar.
En este caso puntual, lo dejo apoyado en el de la vidriera de la única carnicería del barrio que vende conejo.
El local es pequeño y generalmente la gente espera afuera.
Una madre con 6 hijos, los arreaba dentro y fuera del local según una lógica propia.
Le toco el hombro y le digo:

Eu- Hola, buen día...mirá, estoy dejando acá (y le muestro) un habano encendido mientras entro a comprar.
Madre- Bueno.

Dudando de la sinapsis que pueda o no hacer la buena señora, le dijo a uno de sus hijos:

Eu- Mirá Borromeo, esto es un habano y del lado que sale humo está muy caliente.
Niño- Bueno.

En el local y luego de pedir un conejo de dos kilos escucho un "AAAAAAAHHHHHHH" y un "BUUUUAAAAAAAAAA"
Salgo y veo a la madre soplándo la mano del nene.
La madre me mira.
Yo la miro.
El nene llora.

Eu (señalando al niño)- No es el lapicito más brillante de la caja ¿no?
Madre- Y...no.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

los lapices se "afilan", algunos niños no...

AlterEgo dijo...

la sinceridad de la madre va a traumar a ese niño.