La veía agazapada cual leona en busca de una zebra para el almuerzo.
Mi conversación no suele ser particularmente intersante (el 90% del tiempo me gusta hablar de mí), entonces cuando ella bajaba los ojos, me imaginaba que estaba harta de escucharme. Pero no, en un silencio de la conversación me dijo: "¿Me puedo comer tu cañoncito de dulce de leche?" Claro que si, además es el tuyo el mío me lo comí hace rato.
¿Cuanto es el tiempo de espera "politicamente correcto" antes de reclamar la masita de cortesía que acompaña al café?
Para Flor: 28 minutos
Querida: Si tuvieras que cazar para vivir (como leona) necesitarías un rifle automático.
Hoy me siento: Pumba
miércoles, junio 09, 2004
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario