Soy tío.
Buen parto, con peridural y amenaza de forceps.
Mi hermana y el niño bien.
El problema es: no me produjo ningún sentimiento. Reformulo, sentí alivio al saber que los dos estaban bien y nada más. Supongo que como todo el resto del mundo tendrá que ganarse mi amor.
Cuando lo ví en el hospital tan arrugado y rojo más que ternura sentí una cierta aversión. Lo toque (solo por la presión popular) con mi dedo índice.
Sobrino: visto.
Hoy me siento: Cruela de vil
martes, junio 22, 2004
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