lunes, agosto 09, 2004

Sunday mornings

El affaire de las cerveza duró hasta las 5 de la mañana.
Llegué a casa roto.
En ese momento el nirvana tenía forma de sommier y el valhalla de almohada.
Repasé mentalmente mi agenda del día siguiente y sin nada por delante, pensé en dormir hasta el lunes.
4 horas más tarde, es decir 9 y cuarto de un domingo, suena el teléfono.
Mi padre.

-¿Dormías?
-No, estaba haciendo un check in.
-...
-¿Te desperté?
-Si, ahora si.
-Bueno, ¿a qué hora venís?
-Eh?
-Me dijiste que me ibas a dar una mano para ordenar el garage.

Mi padre en algún momento tuvo un garage. 3 hijos, 6 bicicletas, 4 triciclos 2 patinetas y 1/2 millón de juguetes "para arreglar" después, amaneció un día con una baulera.
Tal es así, que se armo otro garage a solo efecto de no tener que ordenar ese. Y la frase "¿ordenamos el garage?" la escuchó desde marzo del 2001.

-Compré unas maderas para hacer unos estantes, solo tenemos que cortarlas; además encendí el fuego para hacer un chivito.
-¿O sea que esta vez va en serio?
-Si.

Me levanto, me doy una ducha y me hago unas gargaras con café.
Llego a Martínez y mis hermanitos, levantados desde las 7, (día del niño -obvio-) estaban desparramados jugando con sus respectivos regalos sin darle mucha bola a nadie. Mi padre, efectivamente, estaba asando un chivito (9.58 am)
En la galería había maderas como para construir un galeón y un serrucho oxidado amish del S. XVIII.
A ver: si hay algo que no soy, es un virtuoso del bricollage, cualquier persona que me ponga un serrucho en las manos está realmente desesperada. Pero como mi padre se había tomado la molestia de marcar todas las maderas con una línea de corte; tripas corazón y a serruchar.
Nunca, pero nunca en mi vida había serruchado nada.

-¿Podés sólo? Tengo que ir hasta Alvear a comprar unas cosas
-Si, andá tranquilo.

Dos horas y media más tarde las maderas, y la silla en la cual estaban apoyadas, quedaron prolijamente serruchadas; y yo estaba aún más cansado que antes. Para no mencionar los calambres ni las ampollas.
Mi padre vuelve (dos horas y media después). Me mira a mi, mira las maderas y mira el serrucho.

-En el garage hay una caladora, el serrucho era para tirar.

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