Sofi (13) decidió viajar conmigo de vacaciones. Por primera vez en años tomé un vuelo sobrio y sin drogas, lo cual me pareció lo mejor dadas las circunstancias. Nervioso como estaba, y tras 8 horas de poker le gané 3 paquetes de caramelos, su cámara dígital y las córneas de sus 4 primeros hijos (lo tengo todo firmado)
Llegamos a Madrid a las 13.50 del domingo (hora local) y el tren a Málaga salía recién a las 20.10. Paseamos un rato por el centro, tomamos chocolate con churros y buscamos una agenda del 2005 para que ella (que ya comenzó a usar como diario de viaje, en cualquier momento le armo un blog)
A eso de las 23.30 me llama Synne al móvil para saber por dónde estaba.
Eu: En media hora llego a Málaga
Synne: ¿Con tu hermanita?
Eu: Sí
Synne: Bueno, los paso a buscar.
Eu: La estación de tren califica casi como aeropuerto, no se si nuestra relación está lo suficientemente avanzada como para que me vengas a buscar.
Synne: Okay (click)
Eu: ¿Hola?...¿hola? ¿Synne?...es una broma...¿hola?
Marco su número y me atiende repetidas veces el contestador.
60 euros de taxi más tarde y mientras sofi dormía en mi regazzo, y el meditarreneo me daba la bienvenida me preguntaba: Como puede ser que después de casi 24 horas de viaje, todavía tenga ánimo para estas estupideces.
No hay caso, no viajé lo suficientemente rápido como para huir de mí.
martes, enero 04, 2005
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