Sabía que en el momento en el que los dejara en el aeropuerto entraba en una buena racha. Obviamente derecho para el casino.
Dos horas después con los bolsillos llenos y el corazón contento enfilo para casa donde me esperaba Mike con una pizza.
En el camino la llamo a Synne.
Eu (contento)-Buenas.
Ella-Hola.
Eu-Elegí un destino. Coche o tren, nada de aviones.
Ella-¿Qué?
Eu-Elegí un lugar y nos vamos el fin de semana.
Ella-No sé, estoy complicada. Además no quierrrras ahora conforrrrmarrrrme con un viaje. Hace un mes que no sé nada de tí.
Eu-Dale, sé una chica fácil, dejá que compre tu amor.
Click.
Tu tu tu tu tu tu.
Teléfonica juega un papel muy importante en nuestra relación.
Llego a casa, Mike toca el timbre a los 5 minutos con una pizza del tamaño de Formentera y dos cervezas. Al ratito le suena el móvil. Es Synne.
Se aparta un poco para hablar. Corta rápido.
Eu-No lo puedo creer! Mi mujer y mi mejor amigo!
Mike-No, no es así...
Eu-Está bien, siempre quise decir eso.
Mike-Es que creo que está dolida por algo que dijiste y me llamó.
Eu-Está bien últimamente tenemos menos feedback que Llamazares y Rajoy.
Mike-Es porque tu sentido del humor es enfermo.
Eu-¿De qué lado estás?
Mike-Synne.
Eu-Hacés bien ¿cerveza?
Mike-Ok.
viernes, marzo 04, 2005
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