viernes, julio 08, 2005

Caribe

El martes tocó Michel Camilo en benalmádena, el mejor pianista vivo de jazz.
La invité a Gema y corrí la voz.
El show empezaba a las 22.30
Eran las 22. 01 y Gema todavía no había aparecido.

Eu- ¿¿¿Dónde estás???
Gema- A 5 calles de tu casa.
Eu- No llegamos. No quiero perderme nada.
Gema- No te preocupes, aquí nada comienza a tiempo.
Eu- No te estoy hablando de perderme el primer compás, quiero llegar 5 minutos antes de que salga a escena.
Gema- ¿Para qué?
Eu- Para esperalo, hay gente que merece ser esperada.
Gema- Llegaremos bien, no te preocupes. Baja a la plaza y te recojo ahí.

Llegamos a las 22.29. Dejamos el coche y corrimos las 3 cuadras que nos separaban del auditorio. Bah, empecé a correr y los 43 metros decidí que era mucho más sano, dado mi estado físico, reptar.

Toda la gente fuera.
Me acerco a un guardia.

Eu- ¿Qué pasá?
Guardia- No llegó el piano.

A los 5 minutos llega un camión, un tipo de traje (supongo que el organizador) increpa al conductor

Tipo de traje- ¿Pero que haces hombre? Tenías que estar a las ocho.
Conductor- A las ocho hacía la caló.

Bajaron el piano, lo afinaron y el recital empezó a las doce menos cuarto.
Lejos, lo mejor que ví en muchísimo tiempo.
A la salida le digo a Gema.

Eu- Voy a vender todos mis teclados, me voy a comprar un perro, le voy a poner Michel Camilo y lo voy a patear todos los días.
Gema- ¿No puedes decir “me gustó mucho” como todo el mundo?
Eu- No.

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