Pinamar.
Playa.
Media mañana.
Caminando con Gero.
Mujer- Vos no sos...¡Si! Fuimos compañeros del Florida ¿Te acordás?
Eu- No, tengo memoria selectiva.
Mujer- Pero si ¿No te acordás?
Eu- En serio, tengo un blur mental desde los 10 a los 29 producto de las drogas duras.
Mujer (señalando a Gero)- ¿Es tuyo? ¿Cómo se llama? ¿Cuántos años tiene?
Eu (Lo miro a Gero con cara de abrís la boca y te defenestro)- Es mío, se llama Jao y lo compré en Thailandia por 50.000 bahts.
Mujer (Cara de susto)- ¿En serio?
Eu- Si, pero no te asustes. Parece mucho pero apenas serán un poco más de mil euros. Una verdades ganga.
Mujer- Ah Bueno.
Eu- Si...bueno...un gusto verte bien. Si alguna vez necesitás uno de estos avisame. Puede parecer mucho, pero mil euros se pagan solos; ahora le estoy ensañado a cocinar.
Mujer- Si, gracias, nos vemos.
Cien metros más adelante.
Gero- ¿Por qué le dijiste eso?
Eu- Todavía sos chico para entender ciertas cosas.
Gero- ¡No! ¡Dale! ¡Decíme!
Eu- Bueno. Las mujeres con hijos son parte de una secta. Son como mormones sin armas de fuego. La gran mayoría tiene un gran problema; creen que sus hijos son más inteligentes de lo que realmente son, los hacen recitar o bailar, tocar un instrumento, usar lenguaje adulto o saludar con besos a todo el mundo. Es nefasto. Con el tiempo vas a poder reconocer de una mirada a esas madres. Esa era una.
Gero-...
Eu- Hay dos cosas fundamentales que tiene que aprender un niño.
Gero- ¿Cuáles?
Eu- Comer con la boca cerrada e irse a dormir a las nueve de la noche.
jueves, diciembre 27, 2007
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