miércoles, septiembre 17, 2008

Paradise lost

Teléfono.
Ring, ring, ring, ring, riiiing!!!
Domingo al mediodía.
Después del sábado vikingo.

Mer: Hola Nicolás ¿qué pasa?
Eu- Mmm...dolor...cabeza...teléfono...casa.
Mer: Bueno, supongo que no vamos a almorzar.
Eu- Mmm...no me siento muy bien.
Mer- Te emborrachaste. Me parece que estás cada día más cerca del alcoholismo.
Eu- No soy alcohólico, soy boracho; los alcohólicos van a reuniones. Es una diferencia enorme.
Mer-Bueno, está bien. Te llamo más tarde. Cata llega a las seis, sería bueno vernos antes.
Eu- Eh...mmm...más tarde...por favor...pienso y me duele...
Mer- Bueno.


Un par de pares de horas más tarde, después de una ducha, un post y un café.
Más animado.
Llamo a Mer.

Eu- Hola.
Mer- Hola.
Eu- Mech ¿cómo estás?
Mer- Leí la página.
Eu- Ah...si...
Mer- ¿Una fiesta con travestis? Te llamo el viernes no podés; el sábado tenés una fiesta con travestis; el domingo estás con resaca. Decíme si no tenés ganas de verme.
Eu- ¡Hey! Momento. Lo del viernes no fue mi culpa, ¿cómo iba a saber que voldemort pasaba a buscar a la cretinita a las ocho? Vos te enteraste a las seis. Ya tenía planes. Y lo del sábado fue...bueno...eso...un desastre. El domingo es hoy...no terminó.
Mer- Si no tenés ganas de verme, te agradecería mucho que me lo digas.
Eu (poniendo mi mejor voz de Lilo)- Esta eres tú y este es tu nivel de paranoia, es muy alto para alguien tan bonito.
Mer- Dios!
Eu- Voy para allá.
Mer- No, dejá, ya no.

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