Al día siguiente.
(Horrible sonido de despertador)
Eu- ¿Qué pasa? ¿Qué es eso?
Lau- Se llama despertador.
Eu- ¿Qué hora es?
Lau- 6.55
Eu- ¿AM?
Lau- Si.
Eu- ¡Oh dios! Tendría que haber preguntado a que hora amanecías.
Lau- A las 6.55
Eu- ¡Dios no!
Lau- Vamos, no es tan grave.
Eu- ¿No es tan grave? ¡No están puestas las calles a esta hora!
Lau- Si, yo las vi.
Eu- ¿No trabajás a 15 cuadras?
Lau- Si, pero me tengo que bañar, desayunar, vestirme y eso. Si vivieras con 3 chicas entenderías lo importante que es hacerte de uno de los baños antes que se despierten.
Eu- Si viviera con 3 chicas creéme que el baño sería lo último por lo que me preocuparía. La lista sería...primero viagra, después oxígeno.
Lau- Podés quedarte un rato más en la cama.
Eu- Me despierto y no me puedo volver a dormir. Una de las tantas ironías del destino.
Lau- Bueno.
Eu- Bajo a preparar el desayuno.
Más tarde, en la cocina, luego de un reconocimiento.
Tostadas, jugo de naranja y agua a calentar.
Baja Laura.
Eu- No hay café, ni cafetera.
Lau- No. Es una casa de mate.
Eu- ¡Demonios!
Lau- ¿No tomás mate?
Eu- No.
Lau- No debe haber ni té.
Eu- Si, té hay. Tengo siempre un saquito encima por las dudas.
Lau- ¿Llevás tu propio té?
Eu- Uno nunca sabe cuando va a necesitar té.
Lau- ¿En serio?
Eu (Le muestro un saquito de Lady Grey)- Iap.
Desayuno.
Lau- ¿Me llevás?
Eu- ¿No me puedo quedar a ver como bajan tus roomies? Así...con sueño, a medio vestir.
Lau- No.
domingo, noviembre 23, 2008
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